Dialogando con Osvaldo


* Por carlos dellepiane

Esta tarde en el Gymnasium (UNT) el activista LGTTTBI Osvaldo Bazán, santafecino radicado en Buenos Aires, compartió una asamblea pública para debatir las acciones a seguir por parte de quienes apoyamos la igualdad en el acceso al matrimonio para todas las personas sin distinción de sexo/género.
Minutos antes del inicio de una amigable charla que se prolongó por casi dos horas, Hojas de Trébol tuvo sus cinco minutos de diálogo con este hombre de prensa, escritor de varios libros e historiador.
Desde esta columna reconozco frente a todxs quienes lean que estos pocos minutos de charla cambiaron mi concepto acerca de Osvaldo, a quien en otras oportunidades critiqué en base a enfoques ideológicos en los que diferimos. Osvaldo es afable, directo y contundente en sus apreciaciones, y como bien dijo, "ante los planteos básicos que nos hacen desde la vereda de enfrente quienes se oponen a nuestros derechos, hay que responder con argumentos básicos", no por eso_agrego_menos acertados.
Sin más introducción, animémonos a dejarnos interpelar por este COMPAÑERO:
Hojas: ¿Cómo ves la participación de la comunidad no-hétero del "interior" en la movida por el matrimonio? ¿está siendo bastante intensa y comprometida?
Osvaldo: Mirá, para tener como tenemos en contra dos mil años de silencio, la verdad que sí. Es una lucha muy sólida, porque arranca desde las personas, desde cada uno se va convenciendo y convence a otros y charla y explica...La gente se compromete de verdad porque entiende de qué estamos hablando, y es tanto movimiento positivo lo que hace que haya un movimiento negativo. Están preocupados porque nunca supieron o no quisieron admitir que existíamos.
Hojas: ¿Qué nos podés decir sobre el apoyo por parte de la comunidad no-homosexual?
Osvaldo: Si hoy la sociedad política está pensando seriamente en aprobar esta ley, es porque sabe que la sociedad civil la acompaña. Si no estuvieran viendo las encuestas, no lo harían, y las encuestas reflejan una sociedad civil que dice SÍ. 
Hojas: Desde tu criterio personal, para los colectivos que formamos la diversidad ¿cuáles serían los pro y los contra de estar en la calle, con marchas, haciendo ruido, al mismo tiempo que la derecha religiosa se está movilizando para confrontar? Ocurre que en este momento en Tucumán hay un debate en torno a esto al interior de las agrupaciones, porque un sector piensa que no es conveniente salir a "medir fuerzas" con la Iglesia...
Osvaldo: Cuando iba a salir esta ley en España, la Iglesia puso un millón de personas en la calle y la ley salió igual. Acá en la Argentina la marcha más fuerte en contra, en Buenos Aires, tuvo diezmil personas. Quiero decir, efectivamente somos más. Estamos en la calle porque los derechos se ganan en la calle, pero estamos en la calle reclamándole a nuestras instituciones. Hay algo que es muy claro, aunque cada lugar tiene sus particularidades y no conozco tanto la realidad de Tucumán como para decir qué es lo que conviene o no, sí sé que nosotros tenemos argumentos y ellos no. Lo que ha quedado claro en estos meses es que ellos no tienen argumentos, y nosotros los tenemos. Si para que se escuchen los argumentos tenemos que salir a la calle a contarlos, ¡salgamos! Tiene que ver con cómo se den las relaciones de fuerzas en cada lugar, pero lo que nosotros tenemos en Tucumán, en Buenos Aires, en Salta y en todo el país son argumentos, que en realidad los tenemos en todo el mundo. Contra esto, no pueden.

Nos hubiera gustado continuar el intercambio de ideas con Osvaldo birra de por medio, ya que la asamblea que tuvimos fue muy rica en diversidad de enfoques. Desde nuestra perspectiva ideológica y nuestra propuesta político-cultural concreta sostenemos la necesidad de avanzar en acuerdos y consensos entre todas y todos los que buscamos la equidad en algo tan vital para toda persona como la vida afectivo-sexual.

   
      


*Por Carlos Dellepiane
¿Para cuándo el gran empate?
Mi viejo habrá pateado una pelota tres veces en su vida. Yo unas cuantas más. Pero _por si hay que aclararlo_ crecí en un ambiente futbolero por el solo hecho de haber nacido en este suelo.
La palabra “Mundial” me traslada de inmediato a la Plaza Independencia repleta de la porción tucumana de los “25 millones de argentinos” que, entre “gritos de entusiasmo y libertad” _como insistía la marchita castrense compuesta para la ocasión_ habíamos empomado a nivel fantasía a nada menos que “Holanda”. Es decir, once sudacas subdesarrollados habían embocado una pelota más veces que once nórdicos relucientes nacidos en una de las mecas de ese Occidente al que nos acostumbraron a ver como el ombligo del mundo.
Como saben hasta los perros en esta patria arrasada por la TV, bastó eso para acallar los alaridos de los picaneados, las denuncias de las Madres, esconder las heridas de las violadas en la ESMA y la devastación de la economía nacional y el pisoteo de nuestra cultura. Me comentaba una joven académica, basándose en los estudios culturales, que toda la simbología y los rituales del fútbol, llevados al clímax durante el Mundial, juegan un rol fundamental en la configuración de las identidades y sentimientos nacionales. Que en ocasiones, esta parafernalia deportivo-patriótica había sido manipulada para ocultar realidades inconvenientes para el poder de turno. Por ejemplo durante el “Proceso”.
En todos los países adictos al fútbol, los campeonatos generan un fervor colectivo que canaliza los ánimos belicosos. Las pertenencias a grupos como el “cuadro” que suele asociarse al barrio del “hincha” o a su historia familiar, barra de amigos, etc. Guerritas incruentas, con poca sangre derramada, para que la muchachada descargue su brutalidad y su compulsión por establecer marcas, jerarquías, diferencias: para que unos estén contentos y festejen, otros deben perder y llorar. En nuestro país el fútbol es, más que un deporte, una religión popular con sus clanes, ídolos, tabúes y mitos. Una religión que cuenta con un ejército de encargados de inculcarla desde que, “naturalmente”, el pibe de tres años _varón, obvio_ no termina de caminar y ya patea una pelota. ¡Si me habré rebelado, hereje pertinaz, a los catecismos futboleros en la escuela y en la parroquia! Un niño poseso por el demonio del antifutbolismo. Bueno, éramos dos o tres que nos arriesgábamos a la hoguera escapándonos de la cancha para jugar a lo que venga, sin reglas ni puestos de honor, ni tener que “masacrar” a nadie.

REBELDES! NI PUTOS NI SUMISOS!

                                                                          por carlos trébol

eSTA consigna no se oyó en la Plaza, aunque para lxs trébolxs podría resumir lo que ocurrió, ya que se trató de una apropiación inédita del espacio público por parte de los colectivos de diversidad afectivo-sexual.
Inédita en Tucumán, es cierto, pero para quienes vivimos en Tucumán con eso basta: acá es la primera vez que nos animamos a tomar la calle para expresarnos en forma pública y masiva.
La Plaza Diversa fue heterogénea en identidades y preferencias, y pertenencias socioeconómicas y políticas, aunque se notó la escasa presencia del colectivo travesti/trans. Como agrupaciones no estamos llegando a ellxs. Pero me gustaría hacer de esta entrada un espacio para varias cuestiones a comentar:
_Ayer a la noche luego del ciclo de cine de Cruzadas conversábamos con un par de compañeros que estuvimos en la movida del viernes, y en un momento dado planteo que nuestra agrupación no está alineada en forma incondicional a la política y menos aún a la bajada de línea de ninguna de las grandes orgas GLBT y que nos parece que las movidas que se arman acá merecen un análisis desde acá ya que nuestra problemática tiene su especificidad en virtud de nuestros contextos concretos, locales. La respuesta que recibí fue que "uno es puto acá y en Buenos Aires", desafortunada simplificación que lxs trébolxs solemos rebatir.
_En relación a esto, aunque no lo parezca, mientras conversábamos acerca del ciclo de cine, mencioné que tal peli decidí no venir a verla porque al leer la reseña me dio la impresión de ser la típica comedia yanqui hueca en versión gay. Un tipo de propuesta que no me interesa salvo para criticarla. La respuesta esta vez fue que soy un "psicobolche", jajajaja, ya había olvidado ese rótulo de los '80s.
La respuesta a ambas cuestiones irá por carriles que no me canso de transitar porque forman parte, de una, de nuestra propuesta político-cultural feminista y disidente del sistema sexo/género.
#NO SOY "puto" ni acá ni en Buenos Aires, ni en ningún otro lugar. La consigna que sirve de título a esta entrada la elaboramos bastante lxs trébolxs. Cuestionamos el sexismo en el lenguaje. Carcomemos con nuestras präcticas discursivas y simbölicas el orden heterosexista que estructura este lenguaje.

EL ARCOIRIS DEL BI-CENTENARIO...

por crlos trbol
De cuarenta personas a mas de 500, la Marcha por la Igualdad de acceso al Marimonio, en su primera edicion tucumana, fue un suceso a todo color, una batalla ganada.


Una batalla dentro de otra lucha mas grande que es la lucha por la igualdad de derechos mas alla de las identidades sexuales.

Convocada por Cruzadas, Foro por la Diversidad-INADI, nuestra Colectiva y con la adhesión de otras agrupaciones, la gente se fue congregando en diagonal a San Francisco desde las 19:30, hasta que la esquina se hizo muy chica y se comenzo a ocupar toda la vereda y la calle frente al palacio gubernamental.

Al calor de la murga Pechando el Mionca que siempre se prende en estas movidas, las columnas se fueron armando _de globos, sombreros, tocados de novia_ para dar vuelta a la Plaza. La consigna unanime: “QUEREMOS MATRIMONIO, QUEREMOS LA IGUALDAD” y tambien: “…QUEREMOS ADOPTAR”, con su correspondiente olele, olala!!, por supuesto. La misma unanimidad se manifesto al momento de pasar por la catedral, con un chiflido generalizado y el aumento de volumen espontaneo de los canticos, y sin ninguna provocación innecesaria, ante la mirada atonita de los feligreses, mendigos y curiosos que poblaban la escalinata del templo mayor.